Cuando las palabras se transforman en sonidos vagos e incoherentes… el silencio es la puerta de la serenidad. Ese inconfundible amigo, creador de los sueños y la soledad… La falta de palabras no es falta de expresión. El silencio, su manifestación extrema, el aire el fiel colaborador de sus sentidos, transparente y útil sendero donde su discurso pasea. El silencio es el atrio hacia el desconocido y aturdidor mundo de la decadente lengua humana. La sorda insonoridad de su significado es la comunicación de dos almas inmersas en un mar de vocablos sin sentido.