Buenos Aires, Abril de Toda Mi Tristeza.
Queridos Árboles, amadas Chimeneas que dan la sombra y dan la nube de mi barrio:
Mi dolor ha inventado el dolor de otra cruz en la misma raíz;
Todo pasó como sabrán... Que estoy de luto por mi propio recuerdo.
En tanto les escribo-con la ternura al hombro y llena de esa sola mala palabra que no se como
se dice -sale, otra vez, el Sol para apedrearme el miedo con unas migas de su dulce desayuno,
como aquel que tira tres pelotas por veinte contra la cara ensangrentada de la infamia.